sábado, 2 de febrero de 2013

Capítulo 2: Llegamos!


Narra Laura:
Ya en el avión empecé a marearme, tenía una claustrofobia horrible y estaba deseando llegar a Londres. Para distraerme un poco recordé las extrañas palabras que me dijo mi abuela al despedirse.
>flashback<
- Ayy hija, pórtate bien, vale? Y estudia mucho, mucho, mucho.
- Que siiii….
-Y sobre todo,  nunca, nunca, nunca te enamores de un famoso americano.
- Abuela, Londres no está en América, está en Inglaterra.
- Da igual, los famosos son todos iguales; unos egoístas, egocéntricos…como tu abuelo, sean de donde sean.  – Eso lo decía porque mi abuelo fue cantante famoso y bueno, digamos que le puso los cuernos a mi abuela. Tengo montado en mi familia un culebrón de narices. Pasé de escucharla, siempre me contaba la misma historia miles de veces.
- Chao abuela, que voy a perder el vuelo. – Le di dos besos y corrí detrás de Silvia y Marta a coger el avión.
>fin del flashback<

Narra Marta:
La ida no ha sido un buen trayecto, que se diga. Entre el dolor de cabeza de Silvia, la claustrofobia de Laura  y mis vómitos montamos todo un espectáculo. El enano habitáculo al que se atrevieron a llamar “aseo” olía a mierda y estaban meadas hasta las ventanas, sin embargo, la gente no paraba de entrar y salir. Espero que la vuelta sea mejor.
Al menos teníamos algo bueno, algo que nos hacía sentir bien: la música. Ese extraño elemento de la naturaleza que agrada a nuestros oídos. Escuchar una canción que te hace ser única durante un instante, un instante que te gustaría que no terminase nunca… mientras piensas en el chico de al lado.
Una vez  fuera del avión nada me quita la sonrisa de la cara: ni mis oídos taponados, ni el frío que hace, ni la novia del chico de al lado…
Las tres nos fundimos en un abrazo eufórico que parece eterno.

Narra Silvia:
Por fin, nos ha costado lo nuestro estar donde estamos, pero tras todos nuestros años de estudio para conocer Londres, lo hemos logrado. El vuelo... digamos que no va a ser uno de los 10 momentos más felices de mi vida, pero ya hemos bajado.
No puedo ignorar el hecho de que Marta estuvo todo el viaje observando al chico que iba a nuestro lado, y ahora está haciendo lo mismo, pero creo que va a ser mejor hablar de eso más tarde con ella.
Lo primero que hacemos al desembarcar es recoger nuestros equipajes  y coger un taxi hasta nuestro apartamento, que por las fotos que hemos visto y los comentarios de Internet de inquilinos anteriores, la casa es increíble y sus dueños muy amables. El taxi nos cuesta un ojo de la cara a mi parecer, pero también tengo que reconocer que yo no estoy muy centrada en el tema de la economía, eso es más cosa de Laura...
Durante el trayecto en taxi, miramos alucinadas por las ventanillas contemplando cada uno de los grandes edificios, las anchas carreteras y la cantidad de gente, en definitiva, la ciudad, un término al que no estábamos muy acostumbradas, ya que Vigo, a lo que llamaríamos ciudad nosotras, no es ni la cuarta parte que este maravilloso lugar. Nos paramos en un semáforo y vemos pasar el típico autobús rojo de dos plantas, sinceramente, me parece muchísimo mas bonito en la realidad que en las miles de fotos que he visto en mi vida, y que en el cuadro que tengo colgado en el cabecero de mi cama española.
Tras un recorrido en taxi, que, personalmente, me había parecido muy corto, nos bajamos, pagamos al taxista las libras que nos pedía, recogemos nuestras maletas del maletero del vehículo y nos dirigimos a la entrada de la casa, donde ya nos esperan un matrimonio mayor, con una gran sonrisa en la cara y una tarta en sus manos. A partir de este momento, Laura, Marta y yo, ya vivíamos en Londres, y esos dos señores que parecían tan agradables iban a ser nuestros caseros durante, espero, el mejor año de nuestras vidas.

Narra Laura:
Nada más salir del taxi nos esperaba el matrimonio con una tarta  en las manos, no  le quité el ojo a la tarta.
- Estamos contentos de dejaros nuestro piso, espero que os guste  y blablablablablablablablabla....

Al fin, se fueron, dejando la tarta en la mesa de la cocina. Marta y Silvia  corrieron a elegir sus respectivas habitaciones,  y yo corrí a por la tarta.


4 comentarios:

  1. Wow chicas.Estoy alucinada de lo bien que lo haceis.Cuando tenga ratos libres me paso por aquí y voy leyendo los siguientes capítulos.:)

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  2. Como hicisteis eso de poner las visitas?

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  3. jejeje gracias :)
    Para poner las visitas que te han hecho al blog, tienes que entrar en blogger y darle a "diseño", clikas en un cuadro en el que ponga "añadir un gadget". Se te abre una pestaña, dentro de "lo básico" buscas "estadísticas del blog" de las a guardar y ya lo tienes.

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  4. Perfecta! Seguir así! De verdad que esta muy bien... Ya os conseguiré algunas lectorassss ;)Para que os dean su opinión y así...

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